La envidia y el placer por el sufrimiento ajeno podrían ser marcadores de demencia

Nota en el diario La Nacion


Dr. Agustin Ibañez, director de INCYT

La empatía (es decir, la capacidad de percibir lo que siente otro) es la base de la solidaridad y uno de los sustentos que mantiene unidos a los grupos humanos. Tendemos a creer que esa naturaleza prosocial es la dominante en individuos saludables. Sin embargo, estudios realizados por investigadores argentinos sugieren que lo contrario también puede ser cierto. En estos trabajos, ellos muestran que hay dos emociones humanas que no son nada cooperativas y sin embargo, son universales: la envida y el disfrute por el padecimiento ajeno (conocida por su denominación en alemán, Schadenfreude; por ejemplo, cuando uno tiene un jefe que lo maltrata o no lo valora, y de repente se tropieza y se cae, o la AFIP le detecta una deuda monumental, pero en lugar de sentirse apenado, se pone contento).

Los científicos no solo las analizaron en 40 situaciones, y en sus cruces con la moral y la legalidad, sino que también descubrieron que pueden ser marcadores útiles para estimar la evolución de la demencia frontotemporal. Las investigaciones se publican en las revistas JNNP (doi: 10.1136/jnnp-2017-316055) y Brain (doi: 10.1093/brain/awx269)

"Tendemos a pensar que porque somos «prosociales» siempre cuidamos al prójimo -explica Agustín Ibañez, director del Instituto de Neurociencia Cognitiva y Traslacional (Incyt), del Conicet, Ineco y la Fundación Favaloro-. Pero en realidad no es exactamente así. Estas emociones «antiempáticas» son un ejemplo de que lo que les pasa a los otros nos afecta, pero no siempre con un fin cooperativo."

Ambas están presentes en las tramas de novelas, cuentos infantiles y series de TV. La malvada madrastra de Blancanieves que no soporta que la joven sea más bella y la manda matar, o el Homero Simpson que goza al ver cómo Ned Flanders fracasa con su tienda para zurdos son solo dos ejemplos.

Armados de pruebas que proponen situaciones en las que confluyen lo emocional, lo moral y el control cognitivo, Ibañez y su equipo se lanzaron a desentrañarlas, y verificar cómo se manifiestan en personas con enfermedades neurodegenerativas.

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